Cemento aluminoso y aluminosis no son lo mismo. El primero es un material, la segunda es un proceso que puede debilitarlo.
El miedo proviene de sucesos como el derrumbe del Turó de la Peira en 1990.
No todos los edificios con cemento aluminoso están afectados.
Los problemas surgen sobre todo con humedad y calor elevados.
La aluminosis no es una enfermedad inevitable: se controla con mantenimiento y revisiones.
Si el edificio se construyó entre 1945 y 1970, conviene hacer un test técnico.
La reparación solo es necesaria cuando se detecta pérdida real de resistencia.
Con inspecciones periódicas e informes técnicos, comprar una vivienda con cemento aluminoso puede ser seguro.
El cemento aluminoso es un material fabricado a partir de bauxita y caliza. Fue muy utilizado en los años 50 y 60 para la construcción de forjados y viguetas.
Sus características principales son:
Pierde resistencia durante los primeros 10 años, pero luego se estabiliza.
Aumenta su porosidad, lo que facilita la entrada de humedad.
El riesgo mayor aparece en ambientes húmedos y cálidos, que aceleran la corrosión del acero interno.
La aluminosis es el proceso químico por el cual el cemento aluminoso cambia su estructura interna. Esto puede provocar:
Reducción de resistencia de las viguetas hasta un 60-70%.
Mayor vulnerabilidad frente a la humedad.
Riesgo de corrosión en las armaduras de acero.
No significa que todos los edificios con cemento aluminoso estén en peligro. Con un buen mantenimiento, el material puede ser perfectamente seguro.
La mala fama se debe a hechos muy mediáticos, como el derrumbe de un edificio en el Turó de la Peira (Barcelona, 1990). A raíz de ese suceso, se descubrió que miles de viviendas podían estar afectadas, lo que llevó a reforzar la normativa y los controles en construcción.
Un edificio puede estar en riesgo si cumple estas condiciones:
Fue construido entre 1945 y 1970.
Su forjado es unidireccional con viguetas de hormigón.
En esos casos, se recomienda hacer un test de aluminosis mediante ensayos de laboratorio (oxina, sulfatos, cloruros).
No siempre. Solo es necesario intervenir si se confirma pérdida de resistencia. Las soluciones habituales son:
Refuerzo con perfiles metálicos.
Sustitución de elementos afectados.
Otras técnicas homologadas con Documento de Idoneidad Técnica (DITE).
La ITE es obligatoria en edificios con cierta antigüedad. Sirve para comprobar la seguridad y habitabilidad de la construcción.
En caso de detectar cemento aluminoso, el informe puede ser:
Favorable: basta con mantenimiento y revisiones periódicas.
Desfavorable: será necesario reparar los elementos afectados en un plazo marcado por el Ayuntamiento.
Sí, siempre que se cumplan estas condiciones:
Contar con un informe técnico fiable (ITE o estudio específico).
Realizar un buen mantenimiento de la finca.
Reparar solo cuando sea necesario, con soluciones homologadas.
El cemento aluminoso no debe generar pánico: el riesgo está en la falta de diagnóstico y mantenimiento, no en el material en sí.
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